El 16 de agosto de 2013, Lorena llegó a Antofagasta (Chile) para vivir junto a su mamá, Soley Rodríguez, quien desde hace tres años trabaja en este país. Era un nuevo comienzo tras una separación de varios años. A pocos días de iniciar el calendario escolar, Soley consiguió para la niña un cupo en un colegio público para que continuara con sus estudios.
Fuente: www.kienyke.com
Luego de acudir a la Corporación Municipal de Desarrollo, encargada de administrar colegios y centros de salud públicos de Antofagasta, Lorena entró a cursar quinto de primaria en la Escuela de Las Américas, una institución de más de 60 años, cercana a su casa y que cobra una mensualidad mínima.
El 26 de agosto, Lorena, de 13 años, asistió a clase por primera vez. No pasaron muchos días cuando comenzó a ser discriminada por ser colombiana. Dos profesoras la atacaron verbalmente frente a sus compañeros. Otra le negó la oportunidad de presentar un trabajo para mejorar una nota. Cuando su mamá se quejó con el director de la institución, éste aseguró que se trataba de un mal entendido y afirmó que no tenía tiempo para hacerse cargo del caso.
Los hechos sobre los maltratos sufridos por Lorena están resumidos en varios documentos. Según una queja que Soley radicó en la Escuela de Las Américas, la profesora de matemáticas dijo que las alumnas colombianas solo asisten al colegio a “calentar el asiento”. En la misma, se afirma que “el miércoles 20 de octubre dijo (la profesora) que las colombianas vienen (a Chile) a prostituirse”. Adicionalmente, según la denuncia, la profesora de taller de lenguaje le preguntó a Lorena ”si era mujer, hombre o marimacho”.
Pero estas no fueron las únicas situaciones incómodas. Otro registro muestra que la profesora de inglés no le dio una oportunidad para mejorar una calificación, solo porque Lorena no entendió cómo debía hacer un trabajo. En este informe, la profesora argumenta que la menor debe agradecer la nota de 3.6 (en Chile se califica de 0 a 7) porque no cumplió a satisfacción. La queja agrega que Lorena fue tomada del brazo y sacudida por la profesora cuando le hizo el reclamo.
Otro de los registros físicos muestra que Lorena fue amenazada por un grupo de alumnas de un curso superior, quienes aseguraron que le iban apegar a la salida de la escuela.
Luego de estos episodios Lorena comenzó a deprimirse y a rechazar la idea de ir al colegio. Solo deseaba volver a su casa de Tuluá, en el Valle del Cauca.
Soley acudió a varias instituciones para solicitar ayuda: a las autoridades judiciales, la Superintendencia de Educación Escolar y la Cancillería de Colombia. Aunque su queja fue recibida y se tomó copia de los documentos que resumen el caso, siempre tuvo la misma respuesta: “hay que esperar”. Mientras, Lorena amenazaba con devolverse para Colombia e incluso suicidarse.
Finalmente, Lorena fue retirada del colegio 15 días antes de terminar el año escolar. El liceo expidió un certificado de notas con calificaciones superiores a las verdaderas para evitar problemas. Luego de que Soley tocara varias puertas, Marcela Hernández, diputada y exalcaldesa de Antofagasta, se comprometió a iniciar un proceso legal en contra de la Escuela de las Américas. Además garantizó que Lorena podrá estudiar en otro colegio con mejor nivel académico.
Amenaza
La xenofobia ejercida contra esta niña colombiana no es un hecho aislado. Antofagasta se ha caracterizado por su hostilidad contra los inmigrantes, a quienes acusan de ser los causantes de los problemas de la droga, la prostitución y la inseguridad. En octubre pasado se registraron problemas de orden público entre colombianos y locales, tras el partido de fútbol jugado entre las selecciones chilena y colombiana en Barranquilla, que concluyó con un empate. Incluso fue convocada una marcha de rechazo a los extranjeros el 19 de octubre de 2013, que contó con solo 100 participantes. *El nombre fue cambiado por petición de la entrevistada.
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