Durante la semana estuve reflexionando sobre la pregunta que me hizo mi compañero de radio acerca de qué consejo le daría a mis compatriotas sobre inmigrar o no a Chile, y mi respuesta, como le dije en ese momento, es un rotundo sí.
La decisión de migrar es completamente personal y seguramente varía según las circunstancias de la vida de cada persona. Lo que cada individuo debe saber es que tiene todo el derecho de hacerlo, ya que la libertad de circulación está dentro de los derechos humanos. Así que, si eres uno de los colombianos que me lee y estás considerando migrar a Chile, te digo: ¡ven, pero no coma cuento!
Chile es un país que en los últimos años ha ganado fama en la región y en el mundo por estar a un paso de convertirse en un país desarrollado, al menos eso es lo que dicen las cifras; pero hay que tener en cuenta que las cifras a veces se interpretan de manera equivocada, es decir, a veces estos datos reflejan una gran torta donde todos comen por igual, pero en el caso de Chile, la torta está mal repartida.
Según un informe de CIPER «el ingreso per cápita del 1% más rico es 40 veces mayor que el ingreso per cápita del 81% de la población». Amigo compatriota, un país desarrollado no solo significa crecimiento económico, sino también equidad social, participación y sustentabilidad. Chile está lejos de cumplir con estos requisitos. Aquí también hay problemas en la educación, salud, movilidad, entre otros, al igual que en Colombia.
Si bien la tasa de desempleo en Chile es baja (6,5%) en comparación con Colombia y otros países, no significa necesariamente que esto siempre vaya de la mano con la calidad y buena remuneración. El salario mínimo es extremadamente bajo. De hecho, si comparamos los salarios mínimos de ambos países (Chile y Colombia), la diferencia no es mucha. Dependiendo del rubro y tu nivel de estudios, tendrás oportunidades de aumentar ese salario.
No se trata de desanimarlo, de hecho, parte de la economía de Chile se basa en la fuerza laboral inmigrante, muchos de ellos colombianos, lo que les permite tener un cambio significativo en su calidad de vida que quizás su país de origen no les permita debido a diversas circunstancias. Pero esto generalmente ocurre en ciertos campos como medicina, odontología, construcción, peluquería, algunas ingenierías, entre otros. Los periodistas estamos muy abajo en la lista. Si trae un título técnico o profesional bajo el brazo, o si tienes habilidades en algún oficio o arte, le facilitará mucho las cosas. Tampoco puedo decirte que si no tienes un nivel de estudios no tomes la decisión, dado que he visto muchos casos de personas que han logrado emprender sin grados académicos.
Lo cierto es que si llega a Chile, tendrá la oportunidad de conocer un buen país con personas maravillosas y una geografía increíble. Encontrará un país lleno de oportunidades, como en todos lados, pero también deberá aprender a buscarlas. Si las encuentra o no, dependerá quizá de la conspiración del universo.
Por otro lado, la discriminación y la xenofobia en Chile son una realidad, especialmente en ciertos sectores del país, pero provienen de una minoría de chilenos que no ha comprendido que el fenómeno de la inmigración es natural y enriquecedor. Algunos chilenos no han comprendido que la inmigración ha sido parte de la historia del país.
No se trata de decir que Chile es mejor o peor que Colombia; ambos países tienen cosas positivas y problemas. No se trata de nacionalismos. Solo trato de decirle que si quiere vivir en Chile, venga, pero no coma cuento.
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