El Racismo y la violencia hacia los pueblos que migran

Las comunidades inmigrantes en Chile desde hace un buen tiempo han estado constantemente sometidas a situaciones de vulnerabilización y precarización, viéndose comprometido no sólo la satisfacción de las necesidades básicas, sino también la posibilidad de existir, sin que su integridad o vida corra peligro. El Estado chileno no nos considera sujetos de derechos, ni considera que la migración sea un derecho humano, no reconoce ninguna interculturalidad, y menos aún nos considera sujetos políticos capaces de poder tomar decisiones sobre el curso de nuestra vida tanto social como política y económica. Los pueblos que migran hoy día son empujados a permanecer en la irregularidad, señalados desde el discurso de la ilegalidad, y perseguidos desde la lógica de la criminalización. La violencia se impone también en el ámbito de lo mediático, donde los medios de comunicación ponen la leña en el fuego.

Como organización social de mujeres inmigrantes vemos con extrema preocupación cómo en contexto de emergencia, tanto social, económica y política como sanitaria, se han recrudecido los discursos de odio hacia nuestras comunidades. Estos discursos, además de promover abiertamente el racismo, la xenofobia, el fascismo y la discriminación, esconden también bajo de sí la defensa de nacionalismos que sólo protegen los intereses del capital, no de los pueblos que habitan los territorios desde hace mucho antes de que las fronteras existieran.

El miedo, rechazo y odio a lo diferente, a lo diverso, se refleja en las expresiones que se presentan en nuestra cotidianidad, desde las dinámicas diarias hasta las políticas estructurales: discriminación, segregación, acoso, abuso y maltrato, promoción de políticas anti-migratorias, reducción o eliminación de nuestros derechos, esclavización encubierta, privación de libertad y trata de personas. En el caso de las mujeres inmigrantes, somos quienes más vulnerabilizadas nos encontramos ante todas estas violencias y quienes nos encontramos con más obstáculos para estabilizar nuestra situación en el país.

La exclusión por parte del Estado no es nueva, así como tampoco la represión hacia los pueblos que habitamos estos territorios. Las organizaciones sociales migrantes y las organizaciones de mujeres hemos venido denunciando por años esta realidad, realidad que va tomando nombres: Joan Florvil, Rebeca Pierre, Monise Joseph, Sandra.

Ante el escenario en que nos encontramos las mujeres inmigrantes, hacemos un llamado a los otros pueblos, para que visibilicen lo que ocurre con las comunidades inmigrantes en los últimos tiempos:

  • Recrudecimiento de todas las formas de violencias ejercidas en todos los ámbitos de nuestra vida, sobre nuestros cuerpos y sobre nuestras identidades, destacando la violencia policial y la mediática (que son tanto racistas como patriarcales).
  • El racismo institucional y los discursos estatales de la xenofobia: la asociación directa de las personas inmigrantes con el covid-19 (discursos que promueven el imaginario de que el Covid-19 ha sido contraído y propagado por “migrantes ilegales”); el rechazo hacia las organizaciones sociales, a quienes nos señalan como actores que “queremos promover una migración descontrolada” (ante nuestra búsqueda de derechos); la criminalización por parte de autoridades policiales que identifican a la población migrante desde un estigma delictual (basado en que la ilegalidad remite a la criminalidad).
  • Ausencia de responsabilidad por parte del Estado hacia la protección de las personas tanto refugiadas como inmigrantes.
  • Promoción por parte del Estado de políticas anti-migratorias, como lo es el caso del Proyecto de Ley de Migración y Extranjería, con el cual tanto las organizaciones sociales de migración en Chile como actores de la sociedad civil nos encontramos en completa disconformidad, porque el contenido esencial del mismo -de aprobarse- llevaría a las comunidades inmigrantes a una situación de mayor vulnerabilidad y de mayor exclusión por parte del Estado. Dentro de esto, quienes nos vemos en mayor riesgo somos las mujeres, los y las niñas, y las personas sexo-género-diversas.

Ante la violencia permanente y la amenaza de que surja una nueva Ley de Migración y Extranjería peor que la creada en época de dictadura, desde la Secretaría de Mujeres Inmigrantes hacemos un llamado a los pueblos que habitan Chile y Wallmapu para: rechazar las políticas anti-migratorias, apoyar el llamado a la #Regularización Ya, y para que juntos, desde la articulación, avancemos en la defensa de nuestra autonomía y en la búsqueda de nuestros derechos. Ningún ser humano es ilegal.

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