El pasado lunes 10 de octubre candidatos de distintos colores políticos se acercaron hasta un costado de la Catedral, donde las comunidades migrantes organizaron un acto para la firma del Compromiso Migrante, un documento que invita a respetar y promover los derechos migrantes en sus respectivas comunas.
En medio de partidarios de distintos candidatos, migrantes de diversos países, frente al escenario y en plena vía pública, Helia Molina, candidata del Partido por la Democracia al sillón ñuñoino, escuchaba atenta los discursos de los dirigentes de la Coordinadora Nacional de Inmigrantes.
Tras firmar la carta compromiso, acompañada de la diputada socialista Maya Fernández, Helia se dio tiempo para conversar con Revista Sur.
Revista Sur (RS): A lo largo de su trayectoria profesional, ¿Cuál es su vínculo con la temática migratoria?
Helia Molina (HM): Yo trabajo en la USACH, así que conozco de primera fuente la realidad migratoria de una comuna como Estación Central. Trabajamos mucho con la gente de Haití, quizás los migrantes más perjudicados. Yo tuve la suerte de trabajar en Haití, tras el terremoto que asoló la isla en 2010, por encargo de la presidenta Bachelet.
Anteriormente fui asesora regional en la Organización Panamericana de Salud, donde trabajé con todos los países latinoamericanos, entonces me siento muy cercana al mundo de la migración, de las personas vulnerables, que se ven forzadas a partir en busca de una mejor calidad de vida.
Cuando fui ministra de Salud, a raíz de una guagüita hija de migrantes que murió en Arica, junto a la Directora de Fonasa, Jeanette Vega, creamos un sistema que le permitía a los migrantes recibir atención, sólo con la solicitud del trámite de visa, a partir de un RUT Provisorio.
Debo decir que desde las distintas trincheras, en las que me ha tocado participar, he abogado por un país más inclusivo, no sólo con los migrantes, sino también con los discapacitados y las minorías sexuales.
RS: En estos meses de campaña, ¿Cuál es el escenario migratorio de la comuña de Ñuñoa?
HM: Ñuñoa probablemente no es la comuna migratoria de la ciudad de Santiago, pero es un tema creciente, del que la comuna debe hacerse cargo.
Me llama la atención que en Ñuñoa vivan 4 mil inmigrantes, este no es un tema menor, donde la realidad es diversa. Me ha tocado, en los casa a casa, ver migrantes viviendo en condiciones de hacinamiento o en calidad de allegados, otros están adaptados y con trabajo. Pero más allá de esto, la situación de la comuna respecto de este tema es incierta, ya que Ñuñoa no posee ninguna institucionalidad que permita registrar, saber del acceso a colegios o a la salud de la población migrante.
Por esto mi compromiso con Ñuñoa es generar la institucionalidad, es decir crear una oficina de migrantes que hoy no existe, para hacernos cargo de una política migratoria comunal y, por sobre todo, saber de la realidad de los vecinos y vecinas migrantes que hoy no conocemos.
Ojalá le podamos generar las máximas facilidades para que los migrantes puedan acceder a todos los servicios que ofrece la municipalidad.
Nosotros no recibimos migrantes que vienen a invertir millones de dólares como en Panamá o Miami, nosotros recibimos trabajadores que vienen en búsqueda de un mejor futuro. Es gente buena que viene a trabajar, por eso creo importante educar a la ciudadanía para ser una sociedad inclusiva, salir del individualismo en el que vivimos. Es una tarea difícil, en la que se conjugan muchas cosas, pero es hacia donde debemos apuntar.
RS: ¿Ha tenido la oportunidad de ver experiencias de oficinas de migrantes de otras comunas? ¿Cuáles destacaría?
HM: He visto el trabajo de la alcaldesa Tohá en Santiago y me parece bastante buena. Sin embargo, mientras no exista una política migratoria a nivel nacional, nos va a seguir faltando mucho
RS: ¿Cuál es su opinión de la actual ley de migraciones?
HM: Es anacrónica y paternalista. Desde mi punto de vista discrimina, creo que no sirve mucho. Chile siempre ha sido un país de inmigrantes y siempre les dio la oportunidad de emprender y de surgir.
Mi mamá nació en un barco, cuando mis abuelos venían desde Rusia a Chile. Por ella se de las oportunidades que les brindó el país en esa época. Volvamos a eso. A ver la migración como una oportunidad y no como una amenaza.
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